Este artículo se sale un poco de la temática de este blog puesto que no es técnico sino más bien una reflexión propia que me hago.
Empecemos
Desde hace tiempo, vengo dándole vueltas a la expresión “software libre”, término asociado a múltiples programas, aplicaciones, sistemas operativos y demás que se distribuyen de manera libre y que son estandarte de un movimiento social a nivel tecnológico. Ejemplos de software libre serían, por ejemplo, Ubuntu como sistema operativo, Apache como servidor web, JBoss como servidor de aplicaciones, Java como lenguaje de programación (igual que .net de Microsoft), OpenOffice como entorno ofimático y múltiples aplicaciones más desarrolladas en Java o cualquier otra cosa que no sea Microsoft y sobre Linux (los que desarrollan en Java sobre Windows son menos “libres”).
Sin embargo, después de probar Ubuntu y Kubuntu (de Fedora no comento), haber montado un par de servidores Apache, unos cuantos JBoss, viendo como un compañero sudaba tinta china para montar un servidor Nagios, me di cuenta que el software libre es libre sólo para unos cuantos, para aquellos que saben de informática y que tienen tiempo de enfrascarse en foros, chats, blogs y demás utilidades de Internet. El software libre no está orientado para el usuario real de a pie para el que el ordenador no es un fin sino una herramienta. Pero, vayamos paso a paso y explicando:
Ubuntu (por poner un ejemplo)
Una persona normal con los conocimientos básicos de informática, es decir, encender, apagar el ordenador, ver el correo y navegar por Internet, decide cambiarse a Ubuntu porque le han comentado que está muy bien y que es gratuito. Esta persona se descarga la distribución del sitio web de Ubuntu, la monta en un CD y lo arranca. Hasta aquí todo muy bien, la instalación es muy fácil con unas instrucciones muy bien puestas. Una vez finalizada la instalación, arranca el ordenador y lo primero que se encuentra (si sabe…) es que tiene que actualizar los repositorios y modificarlos para acceder a los que de verdad tienen las aplicaciones. Empieza a entrar en foros (si sabe…) y empieza a leer que tiene que entrar en no se qué directorio, utilizar algo llamado vi y teclear una serie de instrucciones en la pantalla desde algo que se llama “shell” (qué será eso). A medio camino se le queda colgado el OpenOffice (muy común) y el ordenador se queda tostado (no sé como no sabría entrar en el “shell” y hacer un “kill” del proceso del OpenOffice, hay que ver). Finalmente, nuestro usuario desesperado desinstala el Ubuntu y sigue con su Windows que por lo menos todo viene mascado y sale en ventanas.
El Círculo Interno de los Ficheros
Tengo la certeza de que para que un software sea “libre” debe de tener un montón de ficheros de configuración, de definición, de variables, en el path de un sitio, en el path de otro, y por supuesto, ninguna ventana de administración (y ninguna ayuda). Yo creo que es porque en inglés ventana se dice Windows y a los del software libre les da yuyu. Por otro lado, el mantener los ficheros y no hacer aplicaciones orientadas al usuario final es porque debe existir un Consejo de malvados o Circulo Interno de los Ficheros que otorgan el título de software libre (o software que mola) que realmente no quieren que el usuario normal (es decir, el usuario no gurú ni friky de la informática ni programador de algo) tenga el conocimiento total, siempre se guardan esa sabiduría de cómo configurar una aplicación (porque es software libre).
La hipocresía del software social
Como todo en esta vida, el software libre no deja de ser una tapadera de una serie de personas que tienen fines lucrativos. Esta serie de malvados no quieren que los mortales sepan utilizar al 100% sus herramientas porque ofrecen sus servicios (cobrando por supuesto) para enseñar a utilizarlas. Para conseguir esto se hace lo siguiente:
- Hágase una herramienta en Java. Por qué en Java? Porque funciona en Linux y en Windows (agggg he dicho la palabra prohibida) No mola lo mismo que sólo funcione en Linux que lo utilizan muy pocos y no tienen dinero, tiene que funcionar también en Windows (agggg, otra vez…)
- La herramienta debe de tener un montón de ficheros de configuración que solamente tú sabes manejar. Por supuesto el código no debe estar comentado para que nadie te pille por donde va el tema.
- Habla con un par de gurús de los foros para que digan que tu aplicación mola y que es muy libre y que tú vas contra sistema.
- Deja unos meses que la gente utilice tu herramienta gratis dándoles asesoramiento y respondiendo a sus dudas.
- Al pasar los meses, saca una versión Lite (que no vale un pimiento), saca una versión Professional (por la que cobras un dinerillo para sustentar la causa, siempre gusta) y empieza a cobrar por servicios y a cobrar por las respuestas.
- Ya tienes montado tu negocio de software libre.
Fin del Discurso
El software libre es libre hasta que se mete el dinero por medio y pienso que el dinero lleva metido mucho tiempo provocando que los intereses de unos pocos manejen a muchos. Pero en fin, viva Microsoft y abajo el monopolio…. digo…viva Linux y arriba el monopolio…. en fin, ya no se lo que me digo.